No soy una fruta, soy una persona, tengo todo lo necesario para sentirme completa y para vivir una vida plena. Mi felicidad depende de mi misma, no de otra persona.
No me creo los cuentos de hadas, ni creo en los príncipes azules, ni en las princesas, creo en mi y en mis posibilidades de hacerme feliz.
“No me interesa que me quieras “mucho”, sino que me quieras bien y cada día mejor. El amor no es cuestión de cantidad”.
-Walter Riso-
La falsa creencia de la media naranja o del alma gemela
Idealizar a una persona con pensamientos como “estamos hechos el uno para el otro”, hace mucho daño a las parejas al transcurrir el tiempo, porque en cuanto surgen dificultades se ve que realmente la afirmación de estar hechos el uno para el otro, no es tan real y se genera insatisfacción y frustración.
Las parejas no son perfectas, inevitablemente surgirán problemas con el tiempo. A veces, los problemas tienen su origen en diferencias de edad, de educación, de cultura e incluso de religión, pero hay que aceptar a la otra persona tal y como es, de forma que las diferencias no sean para discutir sino para enriquecerse.
El gran error que se oculta tras el mito de la media naranja es el de considerar que somos seres incompletos, y que solo podemos lograr la plenitud al encontrar el verdadero amor, que será lo que nos permita ser felices.
Pero hacer depender toda nuestra felicidad de una relación de pareja, es una gran equivocación y nos impedirá, justamente, ser felices.
Las personas que son felices, lo son con independencia de si tienen pareja o no. Todos somos personas completas, no nos falta un trozo, ni una mitad para poder alcanzar lo que nos propongamos.
De hecho el éxito de una relación está en que las dos personas sean completas, independientes y felices.
Desde luego es mucho mejor el amor entre dos naranjas, dos manzanas, dos fresas que entre dos mitades.
Se trata de compartir la vida, lo bueno y lo malo, y de disfrutar de la otra persona tal y como es.
No eres una mitad de una naranja, quiérete a ti mismo
Querernos a nosotros mismos es una asignatura pendiente para muchas personas. Pero se trata de algo fundamental.
“Si vives para agradar, todos te amarán, excepto tú mismo”.
-Paulo Coelho-
A continuación te damos algunos trucos para quererte más:
Valora tus cualidades
En multitud de ocasiones nos torturamos viendo lo que hacemos mal y sintiéndonos culpables por ello, pero es necesario dejar de lado lo malo y apreciar la gran cantidad de buenas cualidades que tenemos.
Piensa en lo que haces bien y anótalo para verlo cada día y recordarte a ti mismo lo maravilloso que eres.
No busques la aprobación de los demás
A lo largo de nuestra vida muchas personas intentan influir en lo que hacemos y en las decisiones que tomamos. Pero es necesario dejar de intentar agradar a todo el mundo, porque es imposible.
A veces debemos poner un límite a los demás para que no influyan en nuestros sentimientos. Sentirse bien no requiere la aprobación de otras personas, ya sean amigos, familiares o pareja.
La única aprobación que debes buscar es la tuya
No te compares
Somos seres únicos, diferentes unos de otros, la comparación te generará infelicidad.
Eres único, posees debilidades, defectos, cualidades y fortalezas que nadie posee. Tu cultura, tu educación, tus experiencias forman una combinación única que te hace completamente diferente a los demás.
Aprende a decir lo que piensas
Nos callamos nuestras opiniones por el miedo al “qué dirán” o a las reacciones de los demás, pero tu opinión es valiosa y debe ser expresada.
Sólo es necesario ser respetuoso y hablar con advirtiese, de forma que los demás nos escuchen sin ofenderse. A veces tus ideas serán distintas, pero eso no supone que no deban ser expresadas.
“Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas con la responsabilidad de completar lo que nos falta.”